Sopa rápida de champiñones

Abusando de los champiñones de los que hablé en mi  última entrada, pues todavía me quedaban unos cuantos, pensé en darle el gusto a mi mujer y preparar una de sus tan queridas sopas.

Ingredientes

• 5 ó 6 champiñones y otras tantas setas de cardo
• Una nuez de mantequilla
• Entre 1 litro y 2/3 de agua
• 1 pastilla de caldo de ave
• 3 ó 4 dientes de ajo, según el tamaño
• Un poco de aceite

Elaboración

1. Preparar el caldo de ave con el agua y la pastilla.
2. En un sartén derretir la mantequilla con un chorro de aceite, dorando los ajos laminados.
3. Añadir los champiñones y las setas en trozos pequeños, dejando que se hagan.
4. Una vez hechos, incorporarlos al caldo, dejando que se cueza durante 10 ó 15 minutos a fuego bajo/moderado.
5. Servir caliente.

Según nos guste más o menos trabada la sopa, podemos servirla tal cual, o triturarlo todo con el brazo de la batidora. Y tampoco son desdeñables unos croûtons o un poco de buen queso rallado para darle mayor consistencia y carácter a la sopa.

Alitas de pollo con champiñones

Después de unos días de celebraciones cumpleañeras y reuniones familiares varias me encontraba en casa con distintos excedentes de comida. Entre ellos una bandeja de alitas y muslitos de pollo y una buena cantidad de champiñones con los que me propuse solventar un rápido almuerzo en plena jornada laboral.

Ingredientes

• 3 alitas y 3 muslos de pollo
• 4 ó 5 champiñones grandes
• Ajo
• Aceite
• Un chorrito de vino blanco
• Sal
• Pimienta
• Tomillo

Elaboración

1. En una sartén caliente con un poco de aceite dorar las alitas y los muslos salpimentadas al gusto.
2. Añadir los ajos y saltear con ellos la carne.
3. Incorporar los champiñones troceados y saltear con un poco de tomillo.
4. Agregar el vino blanco, dejando que se reduzca.
5. Cuando la carne esté lista servir.

Aunque sea ya recurrente en mí, lo cierto es que en poco tiempo y de forma sencilla conseguí un plato de lo más agradecido. El tomillo y el ajo casan muy bien con la carne en general y también con los champiñones, por lo que el resultado estaba casi obligado a ser naturalmente rico.

Filetes de calamar con ajos laminados

La noche siguiente a la preparación del revuelto de puerros, dado que no habíamos hecho todavía la compra, al abrir la nevera empezábamos a escuchar el eco. Así que esta vez tuve que bajar la vista y echar mano del congelador. Allí, para mi alborozo, encontré unas cuantos calamares de tamaño medio que guardaba para improvisar alguna paella uno de estos domingos. Con el más grande de ellos preparé un par de raciones ligeras para mi mujer y para mí.

Ingredientes

• Un calamar medio o grande
• 4 ó 5 dientes de ajos (al gusto)
• Aceite
• Perejil

Elaboración

1. Cortar longitudinalmente el calamar, limpiado convenientemente, para obtener dos filetes.
2. Sofreír ligeramente los ajos cortados en láminas en un poco de aceite.
3. Cocinar en ese aceite los filetes hasta que estén en su punto y sin que se quemen los ajos.

Desde luego la originalidad brilla por su ausencia, pero al menos su efectividad no es desdeñable. Sobre todo teniendo en cuenta el estado de nuestra nevera.

Revuelto de puerros con jamón

Prácticamente recién llegados de unos días por el Algarve, teníamos en casa la nevera bajo mínimos. Afortunadamente no suelo dejar en el frigorífico un vacío tal que no me permita preparar algo medianamente decente. En esta ocasión, después de hacerle a las niñas una crema de puerros, a la que por cierto no caí añadirle unas patatas cocidas para darle algo de consistencia, aproveché uno de esos puerros para la cena de los papis. Un par de huevos "ecológicos" de las gallinas de mi suegro y unos trocitos de jamón casi olvidados hicieron el resto.

Ingredientes

• Dos huevos
• Un puerro
• Unos trozos de jamón serrano
• Aceite
• Perejil

Elaboración

1. Picar los puerros la gusto y pocharlos en la sartén con un poco de aceite.
2. Añadir el jamón una vez pochados.
3. Mezclar en la sartén con el huevo batido, cuajándolo al gusto y espolvoreándolo con perejil. Es conveniente no añadir sal, dado que el jamón ya le dará un sabor salado al plato.

Rápido, sencillo y bueno. Si además se emplata en forma de timbal (con un aro o una taza), queda de lo más aparente. Y además me marqué un "minipunto" con mi mujer.

Pipirrana de langostinos

Reciclar la comida sobrante es, para mí, una saludable práctica, siempre y cuando los alimentos se encuentren frescos. Puede resultar además tan divertido como estimulante tratar de darle un uso diferente a esos rencajos que guardamos en la nevera. En esta ocasión fueron unos langostinos cocidos que sobraron del día anterior y con los que, como ya había hecho otras veces, preparé una ligera y sabrosa pipirrana (o pilpirrana, como se suele decir en mi tierra).

Ingredientes

• 1 tomate maduro
• 1 pepino
• 1/2 cebolla
• 1 pimiento verde mediano
• Un buen puñado de langostinos cocidos
• Aceite
• Vinagre (balsámico en mi caso)
• Sal

Elaboración

1. Picar la verdura en trozos pequeños.
2. Pelar y trocear los langostinos.
3. Mezclar los ingredientes en una fuente.
4. Añadir sal, vinagre y aceite al gusto, mezclando bien.

Como ocurre en muchas otras recetas, ésta mejora si dejan macerar las verduras y langostinos cortados y mezclados en la fuente un ratito antes de servirlo.

Sopa rápida de ajos y setas

Paradójicamente a mi mujer le encantan Mafalda y la sopa. Y de vez en cuando me reclama una buena sopa casera para cenar, para huir en la medida de lo posible de los sobres preparados. Esta noche quería complacer a mi mujer después del intenso domingo que ha pasado en casa ordenando, por lo que tiré de fondo de armario y de nevera. Partiendo de la tradicional sopa de ajos, eché mano de una bandeja pequeña de setas para darle algo más de carácter al plato.

    Ingredientes

• 3/4 litro de agua
• 3 cubitos de consomé Maggi
• Queso rallado
• 200 gr de setas
• 3-4 dientes de ajos
• Nuez moscada
• Aceite

Preparación

1. Poner a hervir el agua con los daditos de consomé.
2. Dorar los ajos en la sartén con un poco de aceite.
3. Añadir las setas troceadas cuando empiecen a dorarse los ajos.
4. Añadir una pizca de nuez moscada.
5. Cocinas las setas hasta que estén hechas sin que quemen los ajos.
6. Añadir a la cacerola con el agua hirviendo el contenido de la sartén y dejarla a fuego medio fuerte unos minutos.

Lo mejor de todo es que no sólo a mi mujer le gustó, sino también a mis dos hijas, que se tomaron un vasito cada una. Así que me sentí satisfecho por partida triple.

Corazones de alcachofas salteados con noodles al pesto de almendras

Lo cierto es que con el título de esta entrada casi no habría que describir la elaboración del plato, pues prácticamente ya queda descrita en su totalidad. El caso es que ayer llegó la hora de cenar y todavía seguía currando, y en vez de recurrir a la típica ensalada, pensé en hacer, para mi mujer y para mí, algo más original con la idea de despejarme un poco de tan intenso día laboral. Rebuscando en la despensa di con una lata de corazones de alcachofas que estaban justo detrás de un paquete empezado de noodles. Y como en la repisa de abajo localicé también un tarro con almendras crudas que días atrás me habían traído mis padres, conseguí la clave con estos tres elementos para preparar algo rápido, apetitoso y poco rutinario.

Ingredientes

• 10 corazones tiernos de alcachofas (lo idóneo es que fuesen frescos)
• 8 almendras crudas peladas
• 2 niditos de noodles
• Albahaca (si es fresca mucho mejor)
• Aceite
• Sal (o una pastilla de caldo)
• Queso rallado a gusto (en mi caso viejo)

Elaboración

1. Poner a cocer los noodles en agua hirviendo según las instrucciones del fabricante. Yo le añadí una pastilla de caldo al agua para conseguir más sabor.
2. Saltear brevemente las alcachofas en un sartén.
3. Preparar el pesto machacando las almendras con la albahaca, el queso y un buen chorro de aceite. 
4. Emplatar las alcachofas con los noodles y agregar por encima la salsa, adornando, si se desea, con algo más de queso rallado y albahaca.

A la hora de escribir esta entrada he caído en la cuenta de que me olvidé de un ingrediente que le hubiera venido muy bien a la receta para redondearla: un diente de ajo. Se podría haber usado tanto para saltear las alcachofas como para elaborar el pesto, aunque afortunadamente tampoco lo echamos en falta. De nuevo conseguí la aprobación de mi mujer y, en consecuencia, mi propia satisfacción por romper de forma sabrosa y sin complicaciones la rutina de la cena. Eso sí, después de comer seguí currando un rato, y eso ya no me pareció tan sabroso ni satisfactorio.